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Retornos

Hay días en los que se puede regresar el tiempo,

oler una canción exquisita que te transporta

unos veinte años en el pasado,

mirar los grilletes, las cicatrices y verlas desa-

parecer, escurrirse y recordar

cómo solían ser tus ojos, los ojos de

verdad que tenías cuando eras

niño y existías por encima del tiempo.

Y soñabas aún, el rostro hacia el cielo

las ilusiones intactas y el tiempo en pie,

a la espera del látigo fiel del músculo vivo.

Pensar que ha sido un día o quizá parte de un día

desde que llegaste a esta isla, enamorado,

¿será posible, Calipso?

Escucha mis lamentos, ninfa, y deja salir mi espíritu libremente

desecha mis cascarones

y rompe mis nuevas ilusiones, el caparazón de bronce

que he forjado para amarte.

Oh, Caribdis, amaina tu hado,

escucha mis ruegos, aclara mi destino

que lo único que quiero en este día

es llegar a casa

y abrazar mis días contigo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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