demi journey

Wrong turn again(st)

 
Crucé la pista de Angamos con Arequipa esta vez con un viejo amigo a quien no veo desde hace tiempo excepto todos los días desde enero, porque está a dos pisos en el mismo edificio y porque salimos a las ocho y media y luego conversamos y nos acordamos de tiempos aquellos en que caminábamos recordando los tiempos aquellos, otra vez, cuando íbamos a las clases de verano esas tan fáciles y luego de ahí saltábamos a las cabinas a jugar los primeros juegos en red que aparecían y perdíamos el tiempo felices con toda la mancha entre los juegos en red y las fuciones de anime y las reunas y las cartas. Todo lo recordábamos y al chato gorra y a Gálvez qué es de su vida, y al Maestro y al Saiya que qué si me acuerdo de ellos, creo que sí, a fin de cuentas los rostros van desapareciendo fundidos unos con otros en el remolino de rostros que van cambiando de todos aquellos amigos que alguna vez tuve, tengo y tendré.
 
Y cruzamos la pista y cruzamos Plaza Vea y llegamos a la Alianza y ya faltan minutos para que empiece mi clase de las nueve, nos despedimos, él se va a la chamba como todos los días, te veo mal, andas todo triste, estás bien? Sí, le digo, porque ya quiero ir a la banca de siempre a sentarme y a leer el cuento a la mitad que termino de leer todos los días. Pero mi reflejo es certero, no estoy bien y lo sé, imposible eludir las sombras en un día claro, aunque lo quiera.
 
Pero el mundo no termina aquí…
 
Le monde n’est bleu que certaines jours
Anuncio publicitario
demi journey

Para variar

Y ya estamos en el 2006, no te parece que el tiempo ha pasado demasiado rápido? si yo me acuerdo que nada más anteayer me parecía que era el 2001 pero ya son cinco años que marcan una raya más al tigre moteado en que uno se convierte al pasar los años, y te veo igual que siempre y por eso pienso que sigues sentada ahí en la misma banca de siempre en la que te veo pasar cada año, como un calendario que se va sobreponiendo y que marca transparente los años que pasan, 2001 2002 2003 2004 2005 2006… y ya son tantos años y de pronto me parece que no ha sido sino ayer que te he vuelto a ver y a hablar y te he dicho cómo así te has vuelto varias personas, cambiaste de rostro y de lugar de habitación y de cuerpo y te hablo como si fueras una y at the same time you’re not the one I think I’m talking to cause if you understood a word in spanish its Marco and maybe an Adios that I dont know how the heck you did learn… but its not you, you know? No es lo mismo ni nunca será, ni el acento tuyo será el mismo de siempre ni me reiré escuchando tus sonrisas como en esos otoños.
 
Cambian y cambian poco a poco los interlocutores y no entiendo quién demonios te vuelves ahora y porqué te lo digo y te digo que te dije adiós cuando más te extrañaba pero fue porque era necesario y me lees y lo entiendes, que yo siempre digo adiós y adiós y fue por eso que esa fue la primera palabra que te enseñé, porque fue la primera palabra que me enseñaron allá también en el dos mil, cuando aún llovía y Lima aun era gris y tu decías como el cielo puede ser gris si es azul pero así es aquí te dije y tu hermana se reía y tú te reías hasta que me dijiste adiós y cambiaste de rostro y de cielo.
 
Y soñé que eras la misma y no lo eras.
 
Y soñé que el cielo también era azul por aquí pero no lo era, pero para eso me iba y no volvía y cuando regresaba ya nada era lo mismo, sabes? Te fuiste cuando más te necesitaba, porque pensé que lo tenía todo hasta que volví y no te encontré donde siempre, me dijiste veo que estás ocupado con tu cielo todo gris y tu vida perfecta y te fuiste y el adiós hasta ahora me acuerdo que me lo enseñaste como una daga antes de morir y mis ojos se quedan mirando el brillo de sus ojos hasta que se queda dormido y con lluvia.
 
Pero el cielo cambiaba cada verano y yo lo veía cambiar como a ti, como tus ojos, como tu distinto regazo y tus cejas, todo cambiaba poco a poco hasta que te volviste irreconocible y ya no nos reconocemos porque te vi pasar y no me reconociste, porque me vi en una vitrina con los ojos escondidos y la barba de una semana y las zapatillas que hacían juego con las ojeras de tus ojos que ya no están.
 
Y me fui y regresé y volví de nuevo al principio del camino, como hace años, como hace siempre, como hace nunca.