Debí escribir esto hace un par de días, pero por alguna extraña razón (el alcohol!) no pude recordar nada hasta ahora que leí el blog de nishina. Siempre me ha parecido que cada persona vive los días de una manera diferente, quizá se deba al punto de vista que cada uno le da, pero bien, aquí van mis recuerdos de ese día:
Era un viernes, y me despertaba como siempre a eso de las seis de la mañana, quizá seis y media, me metía a la ducha enseguida para desayunar a las siete. Salí de mi casa a poco y llegué a clases temprano. Adoro mi clase de historia del español, alias filología básica, que de hecho es la parte que más me gusta de letras. Salí a las once y bajé a la fotocopiadora, estuve vagando un rato entre goofy, joel que pasó un rato, conan, franxis, toro y no sé ya quién más, creo que la profa pasó por ahí y le devolví los libros que me había prestado al rato. Fui donde Mary a torturarme pidiendo más copias y luego al salón para llegar justito a tiempo a mi clase de interpretación hasta la 1 y media.
Entonces salí de clases, jodí a la gente un toque y me quite a recoger a la neka. Cuando llegué frente a su instituto aun no eran las dos, miré por las rejas y no había nadie saliendo, así que me pasé hasta el parque, a ver si de casualidad ya había salido y se le había ocurrido ir a sentarse a las bancas. Nada. Volví sobre mis pasos y vi a una chica de rosadito que había salido del instituto, pero estaba lejos…no, creo que no es, me dije y entonces cuando me acercaba hacia ella, sale la neka y me saluda. Hacía tiempo que no la veía y Rexito se veía más anciano que de costumbre, no sé si extrañaba más a la neka o a su pelo. Al rato nos encontrábamos caminando por toda la Salaverry, quería ir a la feria del libro de Jesús María, pero no demoré en darme cuenta de que este mes de clases me ha dejado recontra acabado, a las pocas cuadras ya estaba cansado, claro, pasar 3 horas de clase, luego 3 más en la biblio y 2 más en la noche dan un total de unas 8 horas al día sentado, aparte de que ya no camino tanto como antes a la javier prado o a la arequipa y ni juego basket una vez a la semana aunque sea, así que con mi calamitoso estado físico, llegué jadeando y con la neka empujándome, y aparte no había almorzado y como que hacía calor, así que no me echo tanto la culpa tampoco, la cosa es que nos equivocamos de feria, por más que suene estúpido… nos metimos a una feria de comidas típicas y cosos así regionales, que era por mucho, más grande que la feria del libro…
Le preguntamos a un policía y nos mandó a la siguiente calle ._. Llegamos a la feria, algo misia la feria, con poquísimos stands, pocos libros de interés, algunos más caros que lo que yo los puedo conseguir, otros con títulos repetidos o aburridos, en fin, lo único rescatable fueron los libros de la colección hispanoamericana del Comercio, podría especular fácilmente con las obras de Sábato que venden a 10 lucas. Nos sentamos en unas sillas que estaban frente a un escenario en el que estaban tocando música latinoamericana, la neka estaba a todas luces cansada ahora, deduje porqué por la ropa que llevaba, así que le dije que se apoye si quería dormir. Durmió un rato, o eso creo, hasta que la despertó una nota aguda del payaso que cantaba. Saqué algunos textos chongueros que me dejaron en clase, el de los peruanos como perdedores es muy paja, cuando el profe leyó en clase "quizá tanta mierda que hay en el país sirva para abonar algo" o el " CARAJO PERDÍ EL SORTEO DE VISAS ", fue un mate de risa, en fin, la neka se leyó la mayoría mientras un viejito sin mucho pelo encima pero que se daba el lujo de hacerse una colita, empezó a presentar a los panelistas de una mesa redonda. Nos escabullimos de allí y me puse la casaca porque empezaba a hacer frío, no mucho porque es otoño, pero algo sí. Vagamos por el parque del campo de marte, subimos a un puentecito que había visto desde fuera y me gustó, y encontramos una piedra enorme con un montón de nombres japoneses inscritos ahí. Me pareció bastante irreal entonces el ambiente, elevé la mirada y vi las nubes aparecer poco a poco mientras el sol perdía fuerza. Volví la vista y la neka a mi costado leía aquellos nombres grabados en la piedra que tomaba forma semicircular hacia el piso inferior… bajamos para ver hasta donde llegaba y en un pasaje de columnas vimos en cada una 3 líneas de versos, sospeché que eran haikus, los leía, y en el último de ellos leí que se trataba de un homenaje o algo así para los primeros inmigrantes japoneses. "No sabían a dónde venían" escuché a mi lado a la neka.
Nos sentamos entonces en una banca, conversamos tontera y media apoyados uno con el otro hasta que el guachimán le llamó la atención a la neka por andar echada en la banca, para variar, la neka con tan mala suerte con los tombos. La tipa de la banca de enfrente nos miraba raro hasta que la distrajo un viejito calenturiento, entonces sucedió la escenita de la mandarina y el chibolo que nos dió un instante de… entre risa y asco y un omfg en qué país me he metido. Luego pasó el chibolo que se la quiso dar de maradona monse y que se cayó al pisar la pelota y se quedó tendido en el piso un millón de horas antes de voltear y decir kun! sólo fue una caidita, claro, cómo no, si medio parque se estaba riendo. Entonces volví a levantar la mirada y vi las nubes tomar un tono rosáceo, se hacía tarde ya, quizá serían las cinco. Bajé la mirada y la neka a mi costado se encontraba más lejos que nunca. Salimos del parque, subimos a uno de esos buses verdes que se van por todo Lima y empezamos a hablar de matrimonio, a qué vino el tema? No lo sé, pero justo cuando faltaban pocas cuadras para bajarme, empezamos con el tema, y con lo poco que me gusta discutir en los buses… las ideas se me pasaban una después de otra entre poste y poste y no recuerdo mucho de lo que dije, pero en fin, comprendí sus puntos de vista, entendibles conociéndola, así que como no tenía mucho tiempo decidí no cuestionar ninguna de sus ideas… además no creo que sea buena idea, a veces es mejor mantenerse callado y no someter algunas ideas al escrutinio cruel de la verdad.
Me despedí antes de llegar a Aramburú, tenía que llegar temprano a casa a preparar algunos tragos… Y a sumergirme nuevamente en este otro mundo.