Llega junio y sus días cenicientos, tristes y ágiles
llega el delirio de cumplir el fin de mes
la cuota, la parte, la calle
se va
todo el tiempo que he querido aparecerá en julio
como por magia de arte
estuve tanto tiempo concentrado
en coordinar, apagar, encender y medir
que casi olvido lo feliz
que hubiera sido
solo perdurando
en el tiempo
sin palabras complicadas
solo
machacundo.
Hay días cercanos que paso solo en Santa Olalla
Llego a casa cansado cuando quiebra la noche al día
y enciendo las cuatro luces de la casa
para no sentirme
más vacío
en un clic
se iluminan los rincones
y los miro
lentamente los contemplo como si por
casualidad o
fortuna
estuvieran llenos de gente.
A veces escucho a la gente conversando en los días soleados que acaban pronto en Santa Olalla
y recuerdo los días de sol
y fortuna
nuevamente
ahora sentado en el tronco vacío
escucho
el crepitar
del río
y los
huesos
de los muertos
que viven conmigo.