demi journey

Cosos del Journey y de otorongos

 
No podía dormir porque me despertaban cada uno de los mil bocinazos del bus más tela del mundo que me llevaba finalmente de Jircán a la capital de departamento, Huánuco. Había llegado a Jircán tres días antes, el miércoles?, sí, creo que fue el miércoles 27 en la noche, vaya tres días, varado en ese hermoso pueblo casi casi en la selva pero con aire puro y estrellas y sin lluvia pero con algo de viento entre las 6 y 7 de la noche que era cuando me metía al cuartito a leer a la luz de la vela y pensaba… que podía en ese mismo instante estar en casa escuchando alguno de mis discos y leyendo a tres luces o jugando wow con los Illuminati, vaya mundo del que me he ido y extraño algunas comodidades, pero nada como leer con vela el Obsceno Pájaro de la Noche de Donoso en una casa del siglo antepasado, sin luz y con gallinas, con bancas de troncos de árboles y aire puro y estrellas…
 
28, 29 y 30, fiestas patrias en ese pueblo tan pequeño y tan acogedor, en el que todo el mundo recordaba a mi abuela, sí, la profesora no?, sí, cómo está ella, ahh ya falleció hace 5 años nomás, ante cada pregunta y mi madre reconocía a todos porque ella era hija de la profesora Lilia Ocaña, sí, fue mi maestra también, dice el alcalde y todo el mundo y nos invitan a comer, a que veamos el paseo de linternas y el torneo de lazos, la corrida de toros el mismo 30 y se escapó el toro y nos persiguió por toda la plaza de armas, me quedé parado porque los toros no distinguen los colores, solo el movimiento y el toro se fue por otro lado y cuando volteé mi padre ya se había ido corriendo al hospedaje y mi hermana había subido a la iglesia, que día, me tomé una foto justito cuando el sol se ocultaba a las cinco de la tarde en el cerro del frente, porque Jircán está entre dos cordilleras y el sol sale como a las 8 y media y se oculta a las 5 y el sol ya se ocultaba y la luna que se ve todo el día y me tomé la foto así, el día anterior.
 
Cuando partí de Lima el 24 no me imaginé que iba a esperar 3 horas en la estación al único bus que iba Lima-Tantamayo en todo Lima, y cuando subí finalmente a eso de las 6 al bus, tampoco se me ocurrió pensar que iba a tener uno de los viajes más largos en bus que he tenido en mi corta existencia, diecisiete horas metido ahí hasta que finalmente y con el frío de la mañana llegué: Tantamayo, donde nació la abuela Lilia, o quizá no, algunos dicen que nació en Jircán y que se inscribió en Tantamayo, otros que nació en Tantamayo y se registró en Jircán, no lo sabré porque se perdió su dni hace tiempo, más o menos cuando murió o un poco más incluso, la casa de los Ocaña, sí, la familia en Tantamayo, la casota en la plaza de Armas, vendida ya al municipio y derruida hace menos de veinte años, hubiera querido verla. La casa de la bisabuela Bueno en el otro flanco, porque los Bueno y los Ocaña terminaron confundiéndose dos veces en una misma familia, pero la hacienda de los Bueno y que luego pasó a los Ocaña cuando mi bisabuelo se casó con la bisabuela está en Monzón, que queda al noreste de Tantamayo pero es difícil llegar ahí…
 
Otorongo no come gitanos… Otorongo no come gitanos porque después quién le lee las manos…. Los gitanos no se comen a los otorongos porque después no tienen a quién leerle las manos… pero los otorongos no tienen manos! conversas estúpidas que tenemos yo y mi hermana porque no hay luz solo una vela y los casinos en la mochila y no se ve si el cuatro es cinco o el tres es dos y me quemo la vista mejor juguemos a juntar refranes antes de la cena o después, antes de dormir, antes de que termine el libro de Donoso y empiece con el arte de la guerra, en Jircán, porque en Tantamayo sí había luz e internet también, pero sólo desde las tres de la tarde… (continuará)
 
(continuación XD)
 
Estuve sólo dos días en Tantamayo, ahí sí que hace frío! alquilamos un guía y tres caballos para ir a las ruinas de Piruro el primero y a las de Susupillo el segundo día, pero esta vez con una montura más para mi padre que se decidió a ir ese día nada más para no quedarse en el pueblo y que frío, estuve al principio que me moría de miedo ante cada calabazada del caballo pero debí confiar más en su instinto, él sabía el camino mejor que yo, así estuve casi a 5 mil metros sobre el nivel del mar sacándome fotos en las más espectaculares ruinas preincas no descubiertas aun y con un viento que me calaba los huesos y con un sol que me terminó de quemar las mejillas y la nariz que hoy día se me está pelando horrible porque no pensé que iba a necesitar bloqueador este sol no quema para nada, pero no, mírame ahora que estoy que me pelo e igual mi hermana por confiados.
 
Volvimos de las ruinas el segundo día a las 3 y en quince minutos contratamos a una camioneta de un tal Melgarejo que nos llevaba a Jircán, hizo el trayecto en dos horas hasta una ciudad intermedia llamada Carpa y que tiene una laguna muy cerca, cenamos ahí o casi tomamos lonche porque eran las cinco y tantos y luego fuimos a Jircán. En su ruta de regreso a Tantamayo, Melgarejo chocó con el carro municipal… y eso que ya lo habíamos contratado para que nos recoja de Jircán al día siguiente para llevarnos de vuelta y de ahí irnos a Huánuco, lo que nos dejó en el aire… y en Jircán. (creo que continuará otra vez, o quizá no, creo que ya terminé de unir los cabos)
 
< Entre otorongos no nos vamos a estar comiendo a los gitanos, porque después quien nos lee las manos aunque no tenemos>
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Una respuesta a “Cosos del Journey y de otorongos

  1. pasu q loko … al parecer la pasaste chevere ;p bien ;p pasu asi q se esta pelando tu nariz jeuejejej q loko_!…. bueno este chevere ;p

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