Vuelvo a escuchar canciones deprimentes porque me hacen mucho bien.
Lo malo es que me hacen sentirme más y más alejado del mundo, como si no fuera suficiente vivir en otro mundo ya. Es extraño, como a veces por más ganas que tenga de no cambiar nada y dejar las cosas como están, poco a poco termino revolviendo esta y una historia más sin quererlo. Y lo peor es que me doy cuenta. Como si no fuera suficientemente tarde como para no cambiarla, pero no quiero hacerlo.
No quiero cambiar ni un minuto en ti, ni tomar un segundo que no me pertenece por ti y llevarte a un mundo que no es el tuyo y vivir hasta acabar la historia, no quiero tomar tu mundo ni así.
Ni explorar las raíces ocultas de todas tus motivaciones extrañas para mí, porque sé en el fondo que no podría soportarlo. Ni podría entenderlas sin perder el sentido común de las cosas que pasan a mi alrededor.
Sin embargo, sigo aquí, no?
Volviendo otra vez a volver a marzo, como cuando te encontré en algún pasado cercano y olvidado de días pesados y de aire tan húmedo de mediados de otoño.
Y volveré a volver a esperar a que termine marzo para llegar a abril y a ti.
Meteré los libros pesados al refrigerador otra vez.