>Me canso de mirar aparatos electrónicos a mi alrededor.
Habré llegado a volverme dependiente? No, pero sí, cada vez me pongo más muletillas que adoro y luego ya no puedo vivir sin ellas.
Recibí una llamada hace poco, era un viejo amigo. Por qué pongo hace poco si fue hace ya un par de meses? A veces parece que los meses se pasan tan rápido, tanto que un día vuelvo a ver mi armario y me doy cuenta que mi calendario de esos que tienes que darle la vuelta a la hoja para cambiar de mes, está aun en el mes anterior, e incluso, algunas veces está en el mes anterior al anterior.
Decía que había recibido una llamada, que sí que tal, a los años, era un viejo amigo de la academia a quien no veía hace ya unos (pausa para contarme los dedos) cuatro años, que sí, cómo te va, bien ah ya, yo con laconismo invento excusas para decir que me sí que ya tengo que irme.
Creo que no es de muy buena educación cortar la llamada cuando uno es el que la recibe, hay reglas de etiqueta para eso? Nah, últimamente se me da bastante poco el seguir la etiqueta. Sigo el segundo impulso. El primero me dice que mande todo al… tacho, por no usar palabrotas, que ni mis dedos están acostumbrados a escribirlas, ni mis ojos a leerlas. El segundo es más inteligente, creo. Quizá debería contar hasta 10 para ver si se me ocurre otra idea. Pero no, a veces soy muy impulsivo, quizá debería poner que generalmente, porque sí, siempre hago lo que a fin de cuentas quiero.
Estoy leyendo un libro de cuentos que no me gusta. Cómo hacer una reseña de un libro que no me gusta? Destruirla con adjetivos irónicos? No lo sé, pero pero pero no me gusta!
Se llama Historia de Verdugos, y haré una reseña este fin de semana o quizá a mediados de semana. Es de un escritor ya no tan joven y con algunos premiecitos a cuestas ya en novela, mas no en cuento. Quien me diría lo que encontraría, una erudición considerable, bastantes datos en los cuentos así interesantes, pero nada más. Las historias se caen. Los cuentos no cierran. Tampoco se quedan abiertos. No le encuentro sorpresa. Menos previsionalidad, quiero decir que parecen haber sido escritos y luego revisados y arreglados pero no con la pericia de un narrador, sino con otro tipo de pericia, con la pericia de quien quiere transmitir una idea usando algunos elementos amenos, pero tampoco irse del todo por el entretenimiento. Al final resulta esto un poco disforzado, cómo decirlo? Tomemos el cuento de la vampira insinuada. Me encantó el principio, Viena, la descripción de la ciudad a pincelazos y a bruma, excelente la insinuación de su atmósfera casi limeña, y ahí, la vampira insinuada. Pero luego luego, van viniendo esas peripecias que no les encuentro mucha razón de ser, los detallitos que después no me conducen a un desenlace, lo que deja todo en mera anécdota. Ni siquiera dejan un final inesperado: desde más o menos las primeras líneas se dice que el narrador ya está muerto. Promete mucho pero a fin de cuentas resulta en poco. Muy logrado paisajista, ambientador, eso sí, me gustan las referencias y todo eso, la apariencia de realidad y fantasía, de siglo XIXesco en todo esto; sin embargo, estos personajes me parecen muy poco verosímiles. Parece como si el autor hubiera encontrado la forma de sacar personajes de otros cuentos, como si fueran actores insatisfechos con la obra. Esos escenarios y esos personajes se merecían mejores acciones.
Termino mi parentesisote, vuelvo a escribir un poco, entre leídas de un texto para un examen del sábado. Como decía antes y muy quizá barrocamente dejaré en el aire (yo también prometo mucho y nunca resuelvo nada, pero eso es más atribuible a mi ociosidad para scrollupear el documento). Acá termino, a seguir nomás.
>El otro día salí a caminar, me vuelvo a repetir, y pase por un stand de libros viejos, más o menos a la altura del museo de la nación. Revisé los libros, renegué por el precio de todos, me reí de los títulos de otros, pero en fin, encontré el que buscaba. Lo saqué del empaque en que venía, lo hojeé un rato, luego me hice el desinteresado como si fuera un mal libro.Al cuarto de hora volví a darme una vuelta por ahí, abrí el libro otra vez y lo conseguí más barato.A lo que iba, me he dado cuenta de que compro libros como se compran las frutas.A lo otro que iba: ja, ja, ja.