>A veces piensas mejor de
noche, después de un
tiempo de aturdimiento.
Las palabras se dicen solas.
No yo,
es un otro
el que escribe.
Son lágrimas, como en una
despedida.
Como cuando se desdibuja un
barco en la neblina.
Pedazos de fuego tibio.
Días solos, campanas y césped.
El gran problema es que
ya no puede haber sorpresas,
nos hemos acostumbrado
a la lógica causal. Tan
lógica, tan simple.
Si algo no sigue
se le echa en lo imposible
o lo fantástico.
Contempla a tu rebaño,
esa hueste de ojos pálidos y
ojeras inacabables es tu sangre.
Son vidas que te potencian
y por las que vives y sudas.
Muere un poco, como yo
para todos.
Silba tu vida y descubrirás
el tono preciso del tiempo
que cae.
El gran problema de las
noches es que todos están
felices y se olvidan todo.
Salir
y salir a caminar.
Cuando las cosas parecen
más desdobladas
quizá sea hora de
sacarse los ojos.
Escucha
escucha los pedazos de lamento.
Sigue,
todo lo que tienes es cerrar
la pupila.
Vigila la noche
y guarda las garras
bajo candado.
Lima tus pestañas,
nunca vas a volver
a morir
como esta noche.